En el Salón de SEMA se pueden encontrar una infinidad de excentricidades automotrices, pero existen casos que son auténticas obras de arte más allá de lo llamativas que puedan ser. En el caso de VW, han presentado al Passat CC ECO Concept, el cual es todo un ejecutivo vestido con ropa deportiva.
La elegancia de este auto sigue presente con esta preparación que respeta la línea que ha cautivado a los consumidores, pero añadiéndole detalles visuales y una mejora en la motorización. En el exterior dispone de un nuevo frontal que monta nuevas tomas de aire y en la parte trasera, las ópticas cambian su diseño de discreta y buena manera.
El Passat CC ECO Concept cuenta con un color gris oscuro que combina perfectamente con los vivos en color negro brillante que llegan hasta su interior. Los asientos dejaron de ser los grandes y cómodos "sillones" para dar paso a asientos de cubo en fibra de carbono con acabados brillantes. Estos nuevos elementos también aparecen en el tablero, que incorpora además retoques en cuero.
La mecánica cambia de manera interesante ya que cuenta con tres variantes en potencia logradas gracias a un nuevo turbo cargador desarrollado por VW. El motor es el mismo 2.0L de la versión normal, pero tiene la posibilidad de adaptar la potencia dependiendo de las necesidades.
El primero y más sencillo es el modo ECO que brinda 222 CV con 319 Nm, luego llega la modalidad GT que nos da 252 caballos y 363 Nm y para finalizar encontramos la versión Full Power que desarrolla 311 CV con un empuje de 424 Nm. Por supuesto todo el sistema de escape ha sido modificado y para frenar a esta versión monta unos Brembo de 4 pistones en discos de 14 pulgadas.
Un punto para destacar es que esta preparación sube su potencia pero reduce sus consumos de combustible, gran punto de este tuning que no sólo busca exprimir un motor para mostrarlo y luego guardarlo en una bodega o venderlo por muchos miles de dólares. Esta tecnología puede aprovecharse, y ofrecer un auto del tamaño y peso de un Passat CC en la calle con 311 CV y poco gasto no creo que suene nada mal.
Por Ricardo Silverio