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Industria

Mazda y su visión a futuro

Apuesta al hidrógeno.

Mazda y su visión a futuro

Hoy, entre los fabricantes japoneses, el pensamiento de Mazda sobre las nuevas tecnologías, lo podemos simplificar en 4 puntos. A saber:

1- No se tiene una visión clara de cómo puede evolucionar el vehículo eléctrico. Sus defensores dan por bueno que pueda llegar a ser un 10% de las ventas mundiales en 2020, lo que deja un 90% de los 50 millones de vehículos que se podrían vender en esas fechas para los motores de combustión interna.
El problema de esta tecnología sigue estando en las baterías, que consiguen bajar de peso pero no de precio. En el caso de que se abarataran, Mazda está preparada para poner modelos con esta tecnología en el mercado.

2- Respecto a los híbridos, actualmente su demanda supone el 2% de total y que la previsión es que en 2015 no sea mucho mayor. Por ello, Mazda ha decidido apostar por una mejora en el rendimiento de sus motores nafteros para conseguir que consuman como si fueran diésel y que éstos reduzcan todavía más sus emisiones.
Con esta acción, unida al programa de aligeramiento de sus coches, debería llevar a la flota de Mazda a una reducción media de sus emisiones de CO2 de un 60% a partir de 2011. En el último año, la reducción lograda ha sido del 23%.

3- Esto no quiere decir que Mazda le de la espalda a las nuevas tecnologías. En ese sentido se destaca los sistemas Start&Stop en modelos de gran difusión con el Mazda3, en el que se demanda casi un 50% de las unidades.
Además, la compañía trabaja sobre versiones híbridas enchufables. Especialmente interesante es la del Mazda5 equipada con un motor eléctrico y un generador rotativo, alimentado por hidrógeno, que funciona sin emisiones CO2 cuando se agota la carga de las baterías.

4- Para Mazda, la solución real es el hidrógeno. Pero sólo en algunos países, como Noruega, empieza a existir una infraestructura de repostaje que haga viable coches de este tipo. Prefieren utilizar su motor rotativo, alimentándolo con hidrógeno, en lugar de utilizar la más cara tecnología de la pila de combustible, menos estable en su rendimiento porque es muy sensible a la temperatura, y que necesita hidrógeno muy puro.