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Test drive

Honda Civic 2012 LXS Automático a prueba

Manejamos la nueva generación del sedán mediano japones que suma un toque de elegancia.

Honda Civic 2012 LXS Automático a prueba

 

Luego del fabuloso Civic de principios de los 90s, que nos sorprendió con su estética redondeada y juvenil, las siguientes encarnaciones del modelo japonés fueron tornándose cada vez más señoriales hasta llegar a la anterior, que rompió el molde con su estilo vanguardista. Ahora, el nuevo Civic pasa en limpio todas esas líneas, respetando elementos como el parabrisas adelantado, pero vuelve a agregar detalles que lo hacen ver más maduro. ¿Habrá perdido su juventud?

 

Diseño

De frente, es difícil diferenciar al nuevo Civic del anterior, pero con una mirada más atenta se notan tomas de aire más agresivas y un spoiler inferior de corte filoso, muy a la moda en los sedanes actuales. La gran diferencia se encuentra en la parte trasera donde la terminación pasa de la anterior inclinación hacia atrás, a un corte hacia adelante. Sumando las nuevas luces que invaden los laterales, el voladizo trasero luce más compacto y todo el Civic más tranquilo y elegante.

 

Interior

El interior conserva la misma disposición vanguardista de la generación anterior, dividida en dos planos, con información analógica abajo (tacómetro) y digital arriba (velocímetro, nivel de combustible y vacuómetro). La diferencia es que el parasol superior se extiende hasta la mitad del tablero para alojar una pantalla color. El resultado estético es aburrido comparado con el modelo anterior, pero este display muestra mucha información de diferentes áreas: estéreo, computadora de abordo, etc., y se comanda desde los controles del volante o desde los grandes botones del estéreo.

Al igual que las perillas del equipo de audio, todo el interior del Civic se destaca por ser funcional, con comandos simples, grandes y a mano, a los que se suman múltiples gavetas porta objetos, con y sin tapa.

Respecto a la calidad de materiales y construcción, es el aspecto más crítico del Civic, con ausencia de plásticos acolchados al tacto y un tablero formado por muchas piezas que restan fluidez óptica. Como contracara, hay partes mullidas en las contrapuertas y el apoyabrazos central, secciones donde más se posa el tacto. El conjunto luce firmemente atornillado y hay un despliegue cromático interesante con distintos tonos de gris y negro, incluyendo superficies mate.

 

Manejo

La primera virtud del Civic en este aspecto es la posición de manejo baja, con volante de aro chico y asientos con buena contención lateral, que representan un soplo casi deportivo ante las nuevas generaciones de autos con posturas altas. Esto condiciona levemente el largo para las piernas en las plazas posteriores, que ofrecen también lo justo para las cabezas. El ancho es bueno, respaldado por un piso plano que permite acomodar los pies de un eventual pasajero en la plaza central.

Puesto en marcha, el motor es suave y la caja tiene un accionamiento fluido libre de la rumorosidad y el típico “resbalado” de los convertidores de par, con un tirón muy leve en el paso de 1° a 2° y a 3°. Si bien la tendencia es conservar el cambio más alto para aumentar la eficiencia de combustible, en ciudad rebaja apenas se pisa fuerte el acelerador entregando buen poder de reacción.

La 5° bien larga le permite viajar calmo a velocidades legales, pero ante necesidad de mayor velocidad, no muestra intenciones de rebajar, salvo que se hunda bastante el acelerador o se utilicen las levas disimuladas detrás del volante. En este aspecto, para tener respuestas brillantes es conveniente tener el motor por encima de las 4.000 rpm, momento donde entrega su torque máximo.

La cabina está bien insonorizada respecto de la mecánica y solo debería agregar mayor aislamiento respecto de la rodadura de neumáticos.

Las suspensiones se sienten duras ante pequeñas imperfecciones debido al perfil del caucho, pero el balance entre confort y estabilidad es bueno, privilegiando levemente el segundo aspecto. Además, así aprovecha la presencia de un esquema posterior independiente, una cualidad que pocos sedanes made in Mercosur del segmento ofrecen. Salvo que el asfalto esté muy destruido, ofrecen un buen nivel de absorción y su trabajo es acompasado.

El tacto de los frenos es correcto y la dirección es clara. Sin llegar a telegrafiar todo lo que pasa en su contacto con el asfalto, es rápida y esto hace que el Civic se sienta dinámicamente vivo y confiable cuando se apunta la trompa en las entradas a las curvas.

 

Econ

Un aspecto interesante es este sistema, también presente en la nueva CR-V (ver prueba debajo en notas asociadas), que con solo pulsar un botón recalibra respuesta del acelerador, transmisión y aire acondicionado -entre otros- para obtener un consumo más solapado.

Puntualmente se destacan las dos barras verdes que rodean el velocímetro que pasan a azules cuando se pisa demasiado el acelerador, actuando como indicadores para medirnos y mantener los consumos contenidos.

 

Conclusión

El nuevo Civic es un auto muy fácil de criticar. Inicialmente, evoluciona la estética del modelo anterior, solo que conspirando contra su estilo vanguardista, uno de sus principales atractivos. Por el otro, la calidad de materiales del interior queda retrasada respecto de los competidores con apellido europeo y la capacidad del baúl es limitada.

Dicho todo esto, el nuevo Civic es toda una revelación, inicialmente está la postura de manejo baja, la acción precisa de la dirección, el buen comportamiento dinámico, incluyendo la suspensión posterior independiente, y la eficiencia del conjunto motor caja automática.

El remate es esa nueva pantalla y los comandos en el volante que permiten ir accionado diferentes opciones en completa seguridad, entregando ese gustito de estar viajando en una nave espacial.

Hernando Calaza: Texto y Fotos recomienda