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Autos clásicos

Subastaron un Mercedes-Benz F1 1954 de Fangio. Parte 2, su historia

Ayer, en la primera entrega de esta nota especial te contamos como fue subastado, ahora te contamos como se gestó este increíble bólido de F1.

Subastaron un Mercedes-Benz F1 1954 de Fangio. Parte 2, su historia

Haciendo un poco de historia sobre el Mercedes-Benz W196 1954 en el que Juan Manuel Fangio ganó dos GPs de ese año para conseguir su segundo campeonato de la F1, descubrimos que es un vehículo realmente especial, con características únicas.

Los orígenes del W196R provienen de la PreGuerra, ya que los motores de ocho cilindros en línea creados por Daimler-Benz, denominados DB600, fueron utilizados por Alfred Neubauer –Director Deportivo de Mercedes-Benz- para los autos de competencia de la PostGuerra. Su desarrollo se remonta a los años treinta, cuando fueron creados para propulsar los aviones Messerschmitt BF 109 que fueron usados en la Segunda Guerra Mundial.

El responsable del desarrollo de todos los autos de carrera en esa época fue Rudof Uhlenhaut, quien creó todos los Mercedes-Benz de competencia con el mismo sistema estructural que constaba de pequeños tubos soldados entre sí. Los 300SL que compitieron en carreras de larga duración -como la Panamericana de México- y ganaron al inicio de la década de los cincuenta tenían el mismo sistema estructural, que demostró ser preciso, seguro y confiable.

El W196 fue concebido con dos carrocerías de aluminio, una versión con ruedas descubiertas –como el que se subastó en Bonhams- que se usaba en pistas no tan rápidas como Monaco, y otra versión carrozada denominada W196 Type Monza, utilizada en circuitos rápidos como el de Monza, Le Mans o Nürburgring.

Las reglas de la naciente Fórmula 1 eran muy claras, los motores atmosféricos deberían ser máximo de 2.5 litros y los de inducción forzada (sobrealimentados) de 750 cc. Con el motor Daimler de avión con ocho cilindros en línea a 60º disponible, el Ing. Neubauer solicitó a la empresa Bosch que adaptara a ese motor un sistema de inyección directa que alimentara de una exótica mezcla de combustible pensada con una sola premisa, ser eficiente y darle al piloto potencia en el acelerador.

Dada la experiencia de Bosch y de Daimler en los motores de avión, que funcionan en condiciones mucho más extremas que los de un auto de competición, probaron en el W196 un cocktail de fluidos explosivos compuestos básicamente por: 45% de Benceno, 25% de Alcohol Metílico, 25% de nafta de alto octanaje, 3% de acetona y el 2% de Nitrobenceno, que ingresaban a las cámaras de combustión por un sistema de apertura de válvulas desmodrómico.

El motor generaba entre 257 y 290 CV y para frenar esa potencia, el monoplaza de solo 835 kilos contaba con cuatro inmensos frenos de tambor colocados “In Board” -es decir, no en las ruedas, si no lo más al centro en cada uno de los ejes del auto. Esta solución mejoraba el centro de gravedad, pero incrementaba la temperatura interior del habitáculo, que según palabras deFangio, era tan caliente como el desierto.

Cuando Juan Manuel Fangio probó el W196 R –con carrocería con las ruedas descubiertas- dijo: "Desde la primera prueba tuve el sentimiento de estar sobre un auto perfecto, del tipo que los pilotos soñamos toda la vida".

Mañana, en la tercera y última entrega de esta nota especial te contamos cómo fue que un vehículo de las características del W196 llegó a manos privadas y no fue conservado por Mercedes-Benz.

The Spirit of the Silver Arrow

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