Washington DC. Los ejecutivos de la marca del moño decidieron mostrarnos su nuevo bebé en la capital de los Estados Unidos, primero con una buena sesión de ingeniería aplicada al producto y después con una prueba de manejo en ciudad y ruta, para demostrarnos que un auto con el talante deportivo del Stingray, no necesariamente debe ser duro de manejar en condiciones de calle.
Empecemos por el principio, el Corvette en EE.UU. es simplemente todo un estilo de vida y un emblema de ese famoso y quizá un poco gastado slogan del “American Way of Life”. Para entenderlo debemos irnos un poco a las raíces, para lo cual te recomiendo darle una mirada a aquel especial histórico del Corvette que publicamos a inicios del 2013.
El Stingray -o C7, como prefieran llamarlo- tiene una enorme responsabilidad sobre sus hombros. El Chevrolet Corvette ha sido el emblema del estadounidense exitoso, recordemos que siempre ha sido mucho más caro y exclusivo que el Ford Mustang, que también es un gran ícono en un segmento más bajo. El poderío de su nombre, CORVETTE, se remonta seis décadas en el calendario.
El C7 está fabricado –como todos los demás Vette´s de la historia- con materiales compuestos de fibra de vidrio, resinas epóxicas, plásticos de alta resistencia y aleaciones de metales que hace unos años solo podían pensarse en la industria aérea o espacial.
La séptima generación, develada en el marco del NAIAS 2013, despertó mucha polémica por su enorme parecido con la Ferrari F12berlinetta y esa percepción desaparece cuando uno se encuentra al lado del Corvette en vivo. Uno se da cuenta de que cada trazo, cada línea y cada corte en el diseño tiene una razón lógica de ser. La premisa de diseño fue –como en todo vehículo de alto rendimiento- “La forma sigue a la función”. Por ejemplo, en el diseño de la carrocería del C7 el trabajo en el túnel de viento fue mucho, y aunque lo duden, la idea no fue únicamente hacerlo muy eficiente en pistas y en carreras de larga duración, (como las 24 Horas de Le Mans, en donde Corvette tiene amplia experiencia y muchos éxitos obtenidos desde su quinta generacióno o C5) sino que también fué pensado para el usuario "común".
Los materiales usados en la estructura del C7 han sido mejorados en cuanto a resistencia y ha perdido peso, el bastidor es 45 kilos más ligero gracias a la utilización de componentes como el "nano carbono". Se utilizaron elementos de la carrocería hechos de fibra de carbono, específicamente el capó y el techo desmontable, que pesa 8 kilos. El uso de materiales ligeros lo llevaron a perder cinco kilogramos en la carrocería. ¡Como pueden leer, todo en pro de la eficiencia dinámica!
El diseño exterior está pensado para que los flujos de aire sean eficientes en altas velocidades, pero también juega un papel importante en el manejo del día a día en donde un usuario común y corriente pueda obtener un mejor consumo de combustible en un manejo urbano y de ruta gracias a las mencionadas líneas de diseño.
El Stingray no sólo es un diseño agresivo y espectacular, bajo su piel de fibra de vidrio y carbono se encuentran implementos interesantes, que debutan en vehículos de talante deportivo como el sistema Active Fuel Management, que le permite al enorme V8 de 6.2L que entrega 460 CV de potencia a 6.000 revoluciones, funcionar con el modo ECO programado con solo cuatro cilindros (V4), con un desplazamiento de 3.1 litros y una potencia de 126 CV a 3.000 revoluciones, que a una velocidad y aceleración constante le permiten al Stingray viajar a más de 160 km/h, con un bajo consumo y mucho menos emisión de gases de efecto invernadero.
Hablando de transmisiones, hay dos opciones, una caja manual de siete cambios y una automática de seis, ambas conectadas a un diferencial electrónico de deslizamiento limitado que ayuda al conductor a optimizar la entrega de torque en cada una de las ruedas del eje trasero.
El C7 Stingray ofrece tres modos de manejo seleccionables girando una perilla:
Weather: Para piso mojado, resbaloso o nevado.
Eco: Con ésta función solamente funciona el motor con la mitad de los cilindros, con el consecuente ahorro de combustible.
Tour: Pensado para una ruta sinuosa, en donde un conductor puede divertirse sin ser un piloto experimentado, con todas las asistencias de tracción y estabilidad alertas.
Sport/Track: Al pulsar esa opción, el conductor despierta a la bestia que duerme, los 460 CV están disponibles, el Active Rev Matching está activo, y además se puede tener la opción de desconectar totalmente el control de tracción.
Con estos programas de conducción no solamente se cambia el comportamiento del C7, también la apariencia en las pantallas: en el modo Eco, Weather o Tour se busca la eficiencia en el uso del acelerador, el tacómetro cambia de colores según se presione, e invita al conductor a ser gentil, iluminando el trayecto de la aguja del cuenta revoluciones en una tonalidad azul-blanco y rojo según se aumenta la aceleración.
El display cambia radicalmente en el modo Sport, en dónde la proyección de un tacómetro análogo es lo más importante en el campo visual del conductor, a los flancos aparecen indicadores de la temperatura y presión de aceite del motor, además de que se destaca el estatus de la transmisión.
En modo Track el conductor (que más le vale que sea un buen piloto) obtiene la información concreta de las revoluciones por minuto como elemento principal, en uno de los flancos le aparecen tres cronómetros, en donde puede verse el tiempo total en pista, el de la mejor vuelta y el parcial, esto se conjuga con la proyección del head up display, un elemento que con solo programarlo y verlo hace que la adrenalina corra, y que esperamos probar en nuestro 4º Gran Especial de Autocosmos de fin de año.
Hablando del equipamiento, tiende de todo, desde calefacción / ventilación en los asientos, un reproductor de audio de alta calidad, GPS y mucho lujo interior con una armónica combinación de plásticos de buena calidad (con algunas excepciones) cuero de colores armónicos y elementos de fibra de carbono.
En conclusión, el nuevo Corvette Stingray puede ofrecerle al entusiasta lo mejor de dos mundos. Aunque no lo parezca, es un vehículo que bien podría usarse como coche de todos los días, no es duro, ni cansador de manejar en trafico intenso. Sin duda es un vehículo egoísta, solo para dos, pero es prudente comentar que el baúl es coherente a su tamaño. En fin, un superdeportivo que podés sacar a la calle sin problema.
Chevrolet Corvette Stingray en el Salón de BA 2013