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Test drive

Prueba: BMW M135iA, demonio en frasco chico

El "hatch" pequeño de la marca bávara toma prestada la M de sus hermanos mayores.

Prueba: BMW M135iA, demonio en frasco chico

Antes de indicar es prudente comentar que el vehículo que ahora evaluaremos no es propiamente un vehículo construido por BMW Motorsport, división de autos deportivos de la firma bávara. El M135i solo tomó prestados algunos elementos distintivos de los vehículos radicales como el M3 o el M5.

Ojo no hay que confundirlo con el 1M, que se trata de un Serie 1 (de la generación anterior), pero con silueta de tres cuerpos y formas de coupé.

 

Características técnicas y mecánicas

Bajo el capot encontramos el conocido y confiable motor de seis cilindros en línea que BMW sabe hacer tan bien, el desplazamiento es de 2.979 cc, es decir prácticamente de tres litros que entrega una potencia bastante respetable de 320 caballos a 5.800 revoluciones; el torque también es respetable, el hatchback bávaro nos entrega 450 Nm en el rango de las 1.300 a 4.500 revoluciones.

El motor está asistido por un turbo denominado BMW TwinPower y está acoplado a una nueva transmisión automática de ocho cambios, que envía la fuerza al eje posterior, dandole una gran soltura y poder, aunado también al peso del M135i, de 1.500 kilos.

 

Diseño

Estamos ante la segunda generación del Serie 1 develada en el 2012 (denominada F21, por su conformación de tres puertas)

La nueva generación es más grande  y en consecuencia, el espacio trasero es más amplio, los pasajeros pueden entrar y salir con mayor facilidad, acción que era una verdadera tortura en el anterior modelo.

La versión evaluada es el tope de gama y cuenta con muchas amenidades y adiciones que lo hacen ser un vehículo netamente de lujo, empezando por el precio.

Al ser comercializado bajo el manto de M, la carrocería se aprecia deportiva, con paragolpes más grandes y un look mucho más sport que la versión que carece de la M en su nombre. Las llantas de 18 pulgadas de diseño agresivo y las salidas dobles del escape completan el cuadro que hace ver al M135i más rudo y agresivo.

 

Interior

Al adentrarnos en el vehículo nos percatamos del enfoque que el fabricante ha querido darle a esta versión, las tapicerías son totalmente en material textil, con una combinación de alcántara (imitación gamuza) y tela, tiene una notoria costura en color azul, y en el respaldo del asiento encontramos un pequeño detalle agradable, los colores distintivos de M, una combinación de dos tonos de azul y rojo.

El volante tiene una empuñadura muy gruesa –demasiado a nuestro parecer- y también presenta el emblema M, ofrece controles del sistema de audio y para contestar el teléfono enlazado vía Bluetooth. Además de la conexión sin cables, cuenta con USB y la interfaz reproduce las caratulas de los discos almacenados en la pantalla de 8.8 pulgadas, donde también aparece un sistema de navegación.

El cuadro de instrumentos es muy BMW, claro, concreto y hasta aburrido con dos diales análogos grandes para el velocímetro y el tacómetro y demás indicadores están presentados con una simpleza que ya empieza a aburrir.

 

Comportamiento dinámico

Sin duda esta es la parte divertida de nuestra crónica, siempre al manejar un BMW de más de 250 caballos es una grata experiencia, y si bien acotamos que el M135i no es un purasangre M como los demás modelos de oferta de la marca, los 320 CV que entrega lo hacen muy rápido y divertido.

Gracias a la clásica configuración del motor instalado longitudinalmente y la tracción trasera, aunado al reparto de pesos del 50% en cada eje obtenemos un vehículo que se deja manejar de forma exquisita como ningún Clase A o A3. La nueva caja de ocho velocidades actúa con una velocidad que sorprende y aunque su puesta a punto está enfocada a la eficiencia del consumo de combustible, no olvida su talante deportivo.

En ciudad es cómodo, aunque las ruedas Runflat lo hacen duro y en el habitáculo se sienten todas y cada una de las imperfecciones del camino, en ruta esa dureza de marcha se agradece, ya que la comunicación entre el vehículo y quien lo conduce es total.

 

Conclusión

El M135i es un producto como nos tiene acostumbrados BMW, con una inmejorable calidad de materiales y un óptimo ensamble.

Aquí es donde empiezan a surgir las dudas, ¿Al cliente objetivo que aspira a un BMW le interesa pagar más de 440 mil pesos por un hatchback? Creo que lo que el cliente espera por esa cantidad es un vehículo con más personalidad y aplomo visual, en lo particular yo me compraría un 135iA Coupé que es un poco más caro, y ofrece 12 caballos menos de poder, pero la contundencia del diseño crea un abismo con su hermano sin baúl aquí evaluado.

¿Vos qué opinás?

BMW M135iA en acción

Alejandro Konstantonis Fotos Héctor Mañón recomienda