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Industria

Importación VS. Producción: Algo vá mal, pero quizás mejore

El año pasado se patentaron muchos autos, pero la producción se cae ¿Qué vá a pasar?

Importación VS. Producción: Algo vá mal, pero quizás mejore

El 2017 fue el segundo mejor año de la historia cuando hablamos de patentamientos. Esto se dio en parte por la fuerte caída del mercado brasileño, lo que originó un exceso de oferta que se colocó mediante diversos incentivos y promociones, sumado al fácil acceso a los dólares de parte de las terminales para poder importar. Justamente, esos números reflejan la otra cara de la moneda: la avalancha de importaciones fue uno de los tantos factores que perjudicó a la industria nacional, que se desplomó hasta valores alarmantes.

Para prevenir esto se implementa un sistema denominado Flex, que establece que por cada dólar exportado, las automotrices pueden importar USD 1.50 sin aranceles. Este incentivo para que las marcas coloquen sus productos en el extranjero (siendo el principal mercado justamente Brasil) serviría si las cosas funcionaran bien, y las terminales automotrices argentinas a veces no se destacan por hacer los deberes.

Tal como nos comentaba el presidente de GM Mercousur Carlos Zarlenga durante esta entrevista, el Flex es un tratado que alcanza a toda la industria automotriz en general. Si el bloque cumple, todo está en paz, si no sucede, se toman cartas en el asunto y se revisa marca por marca el balance comercial. Y exactamente eso es lo que está pasando ahora.

La Secretaría de Industria comenzó a pedir a cada automotriz una garantía económica por el nivel de desequilibrio comercial que cada una tiene con Brasil. El 2017 tuvo un récord histórico de importaciones de vehículos, y la mayoría viene del país vecino. De las 10 terminales, solamente 3 cumplieron con el acuerdo, mientras que las otras 7 ya fueron notificadas que deberán constituir una garantía para eventuales multas.

El 2017 tuvo un récord histórico de importaciones de vehículos

Si bien la garantía ronda entre 1% y 2% del monto a cubrir, las empresas expresaron malestar, a la par que se espera una queja del gobierno brasileño por entender que es una medida proteccionista para frenar las importaciones.

¿Y cómo sigue todo esto?

Es evidente que este agresivo modelo importador no puede convivir con un plan para desarrollar la industria nacional, ya que las mismas terminales locales son las que incumplen los tratados para mantener el balance comercial. La mano invisible del mercado se hace notar y como suele suceder, termina haciendo fuerza para donde le conviene a unos pocos, por eso es vital la presencia del Estado para llevarla por buen camino. Desarrollar una industria local no sólo es un acto de soberanía e independencia, sino que genera puestos de trabajo y productos con valor agregado. La meta de patentar un millón de vehículos es ambiciosa y positiva, pero más importante es hacer crecer las exportaciones.

Al respecto, para este año las perspectivas son optimistas, y no por lo que pasa en nuestro territorio sino por Brasil, donde el mercado parece estar repuntando luego de 2 años de caída consecutiva. Tal es así que se espera un crecimiento del 50% en las exportaciones a ese país con respecto a 2017.

Según ADEFA (Asociación de Fabricantes de Automotores) en el mes pasado, los envíos a Brasil totalizaron las 7.389 unidades, (el 71% del total de exportaciones) lo que representó un crecimiento del 19,6% en comparación a enero de 2017. Y remontando el Paraná también tenemos datos alentadores al respecto, ya que la ANFAVEA (Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil) indicó que en enero el país carioca importó unas 20.989 unidades, lo que significó un aumento del 24,84% contra el mismo mes de 2017. Estas cifras todavía están lejos de los números que ese mercado llegó a mostrar en 2014, cuando se importaron 64.858 vehículos, pero por algo se empieza.

Ante este panorama las perspectivas son buenas, y si el mercado brasileño consolida su repunte, es probable que Argentina pueda colocar más unidades allí. Mientras tanto, es importante que las automotrices, que tantas veces piden reglas claras, se comprometan a mantener la balanza comercial en los parámetros acordados y que la fiesta de importaciones no siga atentando contra los puestos de trabajo en una de las industrias más importante que tiene el país.

 

Fuente: Ambito Financiero

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