Luego de los anuncios, vino el destape en Chicago y Subaru exhibe la séptima generación del Legacy, en la que hace debutar plataforma, motor y tecnología. Definido por la marca como el más avanzado en los 30 años de historia del modelo, utiliza la nueva plataforma global de la marca, que debutara en el Impreza y que ya utilizan XV y Forester.
Según Subaru, esta base tiene un 70% de mayor rigidez torsional y un 100% de flexibilidad, cuenta con una suspensión más robusta y una dirección más directa y con mejor tacto, rebaje en el centro de gravedad, mejorías en la protección en colisiones y más calidad y suavidad de marcha.
Por primera vez en dos generaciones, el Legacy se ofrecerá con un motor turbo. Se trata de un bóxer 2.4 L con 260 CV y 376 Nm de torque, acoplado a una caja CVT Lineartronic y al sistema Symmetrical All-Wheel Drive, ofreciendo un 0 a 100 km/h en 6,1s.
Como opción más accesible estará el 2.5 L bóxer del Forester, que produce 182 CV y 238 Nm, también con CVT y AWD. Como ya es tradición en Subaru, el nuevo diseño del Legacy no es radicalmente distinto, sino que parece una evolución bastante conservadora.
Guardabarros más anchos le dan una sensación de mayor aplomo, mientras que el baúl fue elevado y la parrilla frontal fue puesta más abajo, para generar una postura más deportiva. El look general de adelante es más agresivo, pero al estilo Subaru, light.
Mucho más nuevo es el interior del Legacy, gracias a la incorporación de una pantalla de 11,6" puesta en forma vertical, para el mayor sistema multimedia que cualquier Subaru haya visto hasta ahora.
De serie en todas las versiones, el sistema ofrece navegación provista por TomTom, activación por voz, conectividad a Apple CarPlay y Android Auto y un sistema de sonido premium, aunque éste es opcional. Sí estará disponible en todos los modelos el sistema de seguridad EyeSight, que suma una función que centra la dirección para no salirse del carril.
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