Spyker es una de esas marcas que si bien ya hace algunos años no está en el mercado, aún sigue robando el corazón de mucha gente alrededor del mundo. Y no es para menos, si tenemos en cuenta que los autos de la marca artesanal holandesa eran considerados verdaderas obras de arte sobre ruedas.
Después de declararse en bancarrota en 2014 y sin tener actividad en las redes sociales desde 2017, la firma volverá a la carga gracias a una fuerte inyección de capital por parte de Boris Rotenberg, inversor y propietario del equipo SMP Racing (que supo integrar recientemente el Mundial de Resistencia), y su socio comercial, Michail Pessis. Para mejor, sus planes son realmente interesantes.
El resurgimiento de Spyker
La propia marca confirmó que en un futuro cercano llevará a las líneas de producción al C8 Preliator, presentado en 2016 justamente como el vehículo que le iba a permitir a la marca "renacer de las cenizas". No por nada su nombre en latín significa "luchador". Además, también se fabricará el B6 Venator, un concept que se mostró en 2013 y que será el vehículo de acceso de la marca.
De todas maneras, lo que es realmente importante es que Spyker tendrá su primer SUV, que estará basado en el D12 Peking-to-Paris. Sin dudas será un modelo crucial para la firma debido a que se encargará de brindar volumen de ventas, por lo que si es exitoso la producción de los deportivos estará asegurada.
Por lo pronto, a través de un comunicado la marca especificó que estos tres modelos se comenzarán a fabricar en 2021, mismo año en el que abrirá su primera agencia, nada menos que en Mónaco.
Un poco de historia
La historia de casi 140 años de Spyker está llena de altibajos. Fundada en 1880 por los alemanes Jacobus y Hendrik-Jan Spijker, la marca fabricó carrozas, autos e incluso aviones antes de lanzar algunos modelos de carrera y deportivos de gran renombre.
Un Spyker, el 14/18 PK, recorrió 15 mil kilómetros entre París y Beijing en 1907 sin una falla mecánica. Y otro, el C4, rompió el récord de velocidad en 1922 al llegar a los 120 km/h. Como suele ocurrir en estos casos, la compañía no soportó lo acontecido en la posguerra y dejó de operar en 1926.
En 1999 fue revivida por el holandés Victor Muller, con el foco puesto en los súperdeportivos. El C8 Spyder fue el primero de ellos, y resultó tan exitoso que Muller se dio el gusto de entrar en la Fórmula Uno con su propio equipo, experiencia de la que no tuvo los mejores resultados.
En 2010 decidió comprar los remanentes de Saab, el fabricante sueco que había sido dejado de lado por GM, para a finales de 2014 declararse en bancarrota. Sin embargo, solo ocho meses después la marca anunció que sus cuentas estaban ordenadas y que de allí en adelante se dedicaría a desarrollar autos y aviones eléctricos, esto último gracias a su asociación con el fabricante norteamericano Volta Volare. Meses más tarde presentó en Ginebra el C8 Preliator, una evolución de su C8 Aileron, equipado con motor Audi de 525 CV.
Ya en el presente, debemos decir que el nuevo anuncio hay que tomárselo con calma, teniendo en cuenta que en 2017 Spyker informó que gracias a un acuerdo de colaboración con Koenigsegg iba a volver a fabricar autos, algo que seguimos esperando.
