Así fue el regreso de Franco Colapinto a la F1 en Imola 2025

El paddock de Imola, que este fin de semana fue escenario del Gran Premio de Emilia-Romaña de Fórmula 1, es de esos que respiran historia. Pero este domingo, la historia que nos importaba tenía nombre argentino: Franco Colapinto. Después del golpe del sábado, cuando perdió el auto en Variante Alta y se quedó fuera de la Q2, la pregunta flotaba en el aire como el polvo en la grava: ¿podrá recuperarse?

La respuesta llegó 63 vueltas después. Con un P16 final que, aunque no deslumbra, esconde una actuación sólida, cerebral, con el tipo de frialdad que pocos pilotos de 21 años logran cuando la presión se puede cortar con un bisturí.

oto: Prensa Alpine F1 Sam Bloxham/LAT Images.

Porque el contexto importaba: era su primer GP oficial con Alpine, reemplazando a Jack Doohan. Porque venía de un choque. Porque tenía que mostrar que no era un piloto más con una buena cartera des sponsors detrás, sino alguien capaz de sumar desde el primer metro.

En una pista donde adelantar es ciencia ficción, y más aún con una estrategia que no fue recompensada por la suerte, el pilarense cumplió con lo que se le pidió: no chocar, mantener ritmo y sumar kilómetros. Briatore había sido claro. Franco escuchó y ejecutó.

La carrera arrancó con una partida conservadora para el argentino. Evitó el contacto cuando lo buscaron Esteban Ocon (Haas) y Nico Hülkenberg (Sauber), y perdió algunas posiciones que luego recuperaría. La apuesta fue clara: estirar el stint con gomas medias y esperar un safety car que no llegó cuando debía. Paró y seis vueltas después, apareció el Virtual Safety Car por el abandono de Ocon. Mala fortuna. Regresó 19°, remó, y gracias a una orden de equipo dejó pasar a Pierre Gasly, quien luego llegó 13°. Un nuevo safety car real, provocado por una falla en el Mercedes de Kimi Antonelli, volvió a agrupar, pero no cambió su suerte. Imola no regala adelantamientos.

Foto: Prensa Pirelli/Andy Hone/LAT Images).

Mientras tanto, allá adelante, Max Verstappen hacía lo suyo. El neerlandés, que largó segundo, ejecutó una maniobra quirúrgica en la curva uno sobre Oscar Piastri (McLaren) y se adueñó de la punta con la naturalidad de quien lleva 65 victorias encima. Fue la segunda del año para Mad Max, pero la cuarta consecutiva en Imola. Y más especial todavía por ser el GP número 400 de Red Bull en la F.1.

“La salida no fue ideal, pero me mantuve por la línea externa y lo intenté. Funcionó perfecto. Una vez que quedamos adelante, el auto fue una maravilla”, dijo Verstappen tras vencer con 6 segundos de ventaja sobre Lando Norris, que en las últimas vueltas le quitó el segundo lugar a su compañero Piastri con gomas más frescas.

El australiano había llegado como líder y con tres triunfos consecutivos, pero esta vez la carrera no fue suya. “El Virtual Safety Car nos perjudicó”, reconoció. La diferencia en el campeonato ahora es de apenas 13 puntos.

“Fue una linda pelea con Oscar. Tensa, pero divertida”, comentó Norris. McLaren se llevó un doble podio, pero Red Bull festejó su aniversario como lo hace un equipo campeón: con un triunfo aplastante.

Detrás, otro que celebró fue Lewis Hamilton. El flamante piloto de Ferrari partió 12°, tuvo una largada sólida y terminó cuarto, delante de un sorprendente Alex Albon (Williams), Charles Leclerc (Ferrari) y George Russell (Mercedes). También sumaron Carlos Sainz (Williams), Isack Hadjar (Racing Bulls), con su primer Top 10; y Yuki Tsunoda, que largó desde boxes tras un choque en la clasificación y rescató un punto para Red Bull.

Foto: francolapinto.com

Y Franco, en el medio de ese mundo de gigantes, corrió con cabeza. “No fue una carrera fácil, pero hicimos lo posible. Metimos una estrategia distinta, y después con los neumáticos duros me cagué un poco la vida. Pero en general, fue positivo”, declaró con su habitual honestidad brutal.

La carrera del argentino no tuvo luces de neón, pero sí consistencia. Evitó errores, gestionó bien los neumáticos, y sumó tiempo valioso con el Alpine A525. El resultado puede parecer menor. Pero cuando un piloto llega a la F.1 con cartel de promesa y apenas un puñado de entrenamientos encima, cada kilómetro sin errores suma. Hoy fue eso: una carrera sin estridencias, sin gloria, pero con el objetivo cumplido.

Flavio Briatore, el pope que le abrió la puerta, le había bajado línea clara: “No choques, sumá experiencia y sé rápido cuando puedas”. Franco cumplió.

Ahora viene Montecarlo. Y ahí sí, si la qualy acompaña, puede dar el salto que necesita. Mientras tanto, Colapinto se fue de Imola con la frente alta, sabiendo que en este deporte no todo se mide con puntos.

RESULTADOS | GP DE EMILIA-ROMAÑA 2025

CAMPEONATO DE PILOTOS

COPA DE CONSTRUCTORES