
En Enstone, no hay tregua: bajo una superficie de aparente normalidad y euforia por los primeros puntos sumados en el Gran Premio de Bahrein, el equipo Alpine de Fórmula 1 vive una batalla interna tan real como silenciosa.
En una esquina, está Flavio Briatore, el viejo zorro con contactos directos con el Grupo Renault y una billetera nutrida de sponsors, mientras que en la otra está Oliver Oakes, director del equipo, quien quiere que nadie dude de sus decisiones. ¿Quiénes están en el medio de la pelea? Franco Colapinto y Jack Doohan…
Cuatro carreras bastaron para que la tensión explote: mientras Pierre Gasly salvó el honor del equipo con seis puntos en Sakhir, Doohan volvió a quedar en deuda. Alpine, que cerró 2024 en la quinta posición del Mundial de Constructores, hoy apenas suma lo mismo que Sauber, el peor equipo de la temporada; y todo indica que el límite de paciencia ya fue alcanzado.
DOOHAN: SIN RESULTADOS Y CON ERRORES
Doohan no está cumpliendo con lo que Alpine esperaba. En Bahrein venía noveno, con posibilidades concretas de sumar sus primeros puntos, pero en las últimas diez vueltas su rendimiento se desmoronó. No supo manejar la degradación de los neumáticos duros, cayó fuera del Top 10 y recibió una penalización de cinco segundos por exceder los límites de pista. Terminó 15°. Sin puntos. Otra vez.
Los antecedentes no ayudan. En Japón, perdió el control del auto al no cerrar el DRS en la curva 1 y destrozó su monoplaza. El incidente le costó al equipo aproximadamente 1,7 millones de dólares. En Australia, fue sancionado con cuatro puntos en la Superlicencia por maniobras peligrosas contra Gabriel Bortoleto e Isack Hadjar. Hoy es más noticia por sus accidentes que por sus resultados.
A pesar de sus tropiezos, Oakes sigue respaldando a Doohan: defiende su continuidad al menos hasta el receso europeo de agosto, como marcan algunas filtraciones; pero ese plazo ya no es tan firme.
COLAPINTO: SENSIBILIDAD TÉCNICA Y PRESIÓN SILENCIOSA
Mientras Doohan se enreda, Franco Colapinto crece sin hablar; su impacto se ve en los datos. El ex piloto de Williams trabajó más de cinco horas en el simulador de Enstone para mejorar la puesta a punto del A525 en Bahrein. Al día siguiente, Gasly se metió en Q3 y logró una mejora de 1,7 segundos con respecto a su tiempo en la práctica del viernes. El francés lo dijo claro: “Gran cambio respecto a ayer. Gracias”.
Colapinto también superó en rendimiento a Paul Aron, otro de los pilotos de reserva. En Monza, en una prueba con el monoplaza de 2023, fue medio segundo más rápido en simulacro de clasificación y 0,7 segundos por vuelta más veloz en tandas largas. En Qatar, la diferencia fue aún mayor: 9 décimas a favor del argentino.
Franco Colapinto no solo es veloz. Tiene una sensibilidad de reglajes comparable a la de Reutemann. Y eso, para Briatore, vale oro.
LA GUERRA INTERNA QUE PARTE A ALPINE
La tensión entre Briatore y Oakes es inocultable. Cada uno representa una línea estratégica diferente. Briatore responde directamente al CEO de Renault, Luca De Meo, y empuja por Colapinto, al que considera su apuesta personal tanto en lo deportivo como en lo comercial. Oakes, en cambio, protege a Doohan -cuyo contrato fue firmado en la etapa de Bruno Famin- y prefiere a Paul Aron en caso de un cambio, por su vínculo previo en Hitech GP.
La disputa ya trasciende lo técnico. Es política. Es económica. Y es mediática. Mientras Briatore asegura a quien quiera oírlo que Colapinto es parte del futuro inmediato, Oakes intenta dilatar cualquier decisión. Pero los resultados ya no lo respaldan.
Colapinto no estará como piloto de reserva en Arabia Saudita, como se había informado en su momento, y la función recaerá otra vez en Aron. El argentino continuará trabajando en el simulador, acumulando horas, datos y elogios silenciosos. En la Fórmula 1, el que trabaja bien en las sombras, un día amanece en la grilla.
¿CUÁNDO PODRÍA CORRER FRANCO COLAPINTO?
Con Doohan con los días contados -o al menos eso es lo que se dice- el desembarco de Colapinto en Alpine tiene dos posibles fechas: Miami (4 de mayo) o Imola (18 de mayo). En la primera, Colapinto formará parte del equipo como piloto de reserva, algo que ya se había anunciado, pero correr en ese callejero podría ser un gran riesgo, y por eso también se mira de reojo la llegada de la F.1 a Europa. Además, Franco tiene experiencia ganadora allí, tanto en F.3 como en F.2; y si Alpine no reacciona rápido, necesita una sacudida para no perder más terreno en el campeonato.
Según algunas fuentes, Briatore habría pagado 20 millones de dólares a Williams para liberar a Colapinto. Otras, incluso, afirman que el argentino llegó a Alpine con 30 millones en acuerdos comerciales. Más allá de las cifras, lo que está claro es que Alpine ya hizo una apuesta fuerte por el piloto de Pilar.
Mientras tanto, cada error de Doohan fortalece ese proyecto. Si vuelve a fallar en Jeddah, donde se celebrará el Gran Premio de Arabia Saudita, la presión podría explotar. Aunque se hable de plazos hasta el Gran Premio de Hungría, en la F.1 el tiempo es flexible cuando la necesidad apremia.
Briatore, astuto como siempre, juega con los silencios. No necesita declarar nada. Con su sola presencia -y su ascendencia sobre De Meo- marca la cancha. El mensaje es claro: los errores se pagan, los resultados mandan; y Colapinto está listo.
Fuente: Automundo

