Parece ser que la novela de Carlos Ghosn no tendrá fin. Ahora, tras su escape de película de la justicia japonesa, el ex ejecutivo de Nissan ha hecho su primera aparición pública dando una conferencia de prensa de Beirut, la capital del país donde se ha refugiado.
Al tomar el micrófono ante los periodistas que se dieron cita, Ghosn, en un tono de enojo, mencionó que los fiscales de Tokio lo habían tratado "brutalmente" y dijo que fue víctima de una conspiración para expulsarlo de Nissan.
Durante esta charla, el exdirigente de Nissan también dijo que no se habría enfrentado a un juicio justo en Japón y que habría estado involucrado en apelaciones durante cinco años. Todo esto, motivado por su acusación por cargos de ganancias superiores a lo declarado, abuso de confianza y apropiación indebida de fondos de la compañía.
Igualmente, Ghosn comentó que había escapado a la casa de su infancia en el Líbano para limpiar su nombre. Se negó a decir cómo huyó, señalando que había historias contradictorias sobre su partida. "Vas a morir en Japón o vas a tener que salir", dijo, describiendo sus sentimientos. "Me sentí como el rehén de un país en el que serví durante 17 años",
"Los cargos en mi contra son infundados", agregó Ghosn, repitiendo su acusación de que Nissan y las autoridades japonesas acordaron esta forma de expulsarlo tras la caída en la fortuna de Nissan y en venganza por la interferencia del gobierno francés en la alianza del fabricante de automóviles con Renault.
Ante la conferencia dada por el ejecutivo francolibanés, la fiscalía de Tokio mencionó en un comunicado que “las acusaciones del acusado Ghosn ignoran por completo su propia conducta y su crítica unilateral del sistema de justicia penal japonés es totalmente inaceptable". Asimismo, las autoridades de Japón han dicho que intentarán encontrar una manera de traer a Ghosn de regreso del Líbano, a pesar de que no tiene un tratado de extradición con Japón.
Como parte de la conferencia, Ghosn también dijo que no tenía intención de fusionar Renault con Nissan, como temían algunos en Japón, pero quería poner a las empresas bajo una compañía holding que hubiera mantenido un equilibrio entre el impulso del fabricante de automóviles francés por una fusión y el deseo de la compañía japonesa de permanecer autónoma.
Después de las acaloradas críticas a los fiscales japoneses y una refutación punto por punto de sus acusaciones, Ghosn se entusiasmó al describir cómo creía que la alianza Nissan-Renault había perdido el rumbo desde su partida, al no aprovechar oportunidades como un posible vínculo con Fiat-Chrysler y quedando atrás en puntos de referencia de éxito cruciales, como la inversión en tecnología, rentabilidad y valor de mercado.
Posteriormente a esta serie de declaraciones en inglés, Ghosn respondió preguntas en francés, árabe, portugués e inglés, por lo que la conferencia, que fue transmitida por varias cadenas de televisión japonesas duró más de hora y media.
Haciendo un recuento, en enero de 2020 se cumplen 14 meses de uno de los escándalos más sonados por parte de un ejecutivo de la industria automotriz, al grado que puso en peligro la alianza Renault-Nissan, misma que Ghosn fue el autor intelectual.
