Con el fin de evitar siniestros viales, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) propusieron disminuir las velocidades máximas de los vehículos terrestres, tanto en calles y avenidas urbanas como en rutas y autopistas.
La idea fue anunciada en el marco del lanzamiento del Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial, y se enmarca dentro del denominado Plan Mundial, con el que las entidades globales plantean un paquete de medidas para que entre este año y el 2030 las muertes por accidentes de tránsito se reduzcan en un 50%.
En la vía pública mueren alrededor de 1.3 millones de personas al año, número que prácticamente se mantuvo inalterable durante las últimas dos décadas. Según la ONU y la OMS, se tratan de fallecimientos “prevenibles”, que a su vez son acompañados por 50 millones de individuos que anualmente resultan heridos y padecen diversos traumatismos.
“El Plan Mundial considera inaceptables las cifras a nivel global y pide a los gobiernos y a las partes interesadas que transiten un nuevo camino, con un enfoque integrado de sistemas de seguridad para situar directamente a la seguridad vial como impulsora del desarrollo sostenible”, plantean los organismos involucrados ante los siniestros, que son la principal causa de muerte de niños y jóvenes en el mundo.
En cuanto a las velocidades máximas, el Plan Mundial plantea disminuirlas de la siguiente manera:
- Velocidad máxima en calles urbanas: 30 km/h
- Velocidad máxima en ruta: 80 km/h
- Velocidad máxima en autovías y autopistas: 100 km/h
¿Cómo reaccionó Argentina a lo manifestado en el Plan Mundial?
La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) acompañó la iniciativa de la ONU y la OMS, y puso especial atención en la disminución de la velocidad máxima en calles de zonas urbanas, que en nuestro país es de 40 km/h.
Pablo Martínez Carignano, director ejecutivo de la ANSV, recomendó a los gobiernos de cada localidad que impulsen la baja de la velocidad a una máxima de 30 km/h: “Bajar la velocidad máxima de las calles como manera de calmar el tránsito y proteger la vida de los usuarios vulnerables de la vía pública es una medida que está al alcance de todas las autoridades”, expresó.
¿Cambia mucho si la máxima pasa a ser de 30 km/h?
De acuerdo a lo informado por la ANSV, que la velocidad máxima en calles urbanas baje a 30 km/h ayudará a reducir la cantidad de accidentes, tal como sucedió en otras ciudades del mundo, como Toronto, o Bogotá. En la ciudad canadiense, el número descendió en un 28%, mientras que en la capital colombiana cayó un 32%.
La causa del cambio radica en que al disminuir la velocidad, los autos tardan menos en frenar a cero, además de que los conductores y las conductoras tienen más tiempo para reaccionar ante cualquier imprevisto. Por otro lado, la ANSV asegura que un siniestro a 30 km/h resulta mortal para apenas uno de diez peatones atropellados.