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Automovilismo

F1: Reflexión a 40 años del debut de Lole

Más que recordar la primera carrera de Reutemann en F.1, una reflexión sobre el lugar que perdió el país en la Máxima.

F1: Reflexión a 40 años del debut de Lole

 

Hace 40 años nuestro país vibraba con el debut de Carlos Alberto Reutemann en la Fórmula 1. Esa costumbre de festejar aniversarios con “números redondos” sirve de excusa para reflexionar sobre el lugar que perdió la Argentina dentro de la Máxima.

Cuatro décadas después del hito del santafesino, que se produjo ante un autódromo de Buenos Aires repleto, un compatriota en la grilla de un Gran Premio brilla por su ausencia. Lo peor de todo es que no hay signos favorables que permitan suponer que esta racha se cortará en un futuro cercano. Por el contrario, solo un milagro pondría hoy a un argentino arriba de un F.1.

La pregunta que surge ante el análisis es qué se hizo mal para que nadie siga los pasos de Reutemann, más allá de ese entusiasmo que provocaron las participaciones del Colorado Zunino, Miguel Ángel Guerra y Oscar Larrauri, en los 80; el paso fugaz de Norberto Fontana en 1997, esa temporada completa de Esteban Tuero en 1998; o esas 21 carreras de Gastón Mazzacane entre 2000 y 2001.

Hubo unos pocos proyectos, pero todos terminaron en la nada. Algunos por fallas en las negociaciones, como el caso de Fontana cuando estaba hablando con Tyrrell en 1998 o el de Pechito López y el equipo fantasma USF1 en 2010. Mientras que otros naufragaron por falta de apoyo, como le ocurrió a Esteban Guerrieri el año pasado cuando tenía todo para ser piloto en Virgin.

Hoy nada parece indicar que la historia se revertirá. Guerrieri le apunta a Estados Unidos (igual sigue peleando con la falta de apoyo); en tanto que en Europa la única esperanza de ver la bandera celesta y blanca en un habitáculo de un F.1 está en manos de Facundo Regalia, un chico que pasó más de la mitad de su vida en España...

Tampoco hay proyectos a la vista, como en su momento fueron el Prodrive (apoyó a Tuero) o el del LSG (bancó durante años a Guerrieri y Pechito López); a causa de la crisis económica global y esa diferencia de 6 a 1 con el Euro. Tampoco se puede esperar una mano del Automóvil Club Argentino, que en este último tiempo solo se limitó a dar su “apoyo institucional”.

Aunque los chicos que corren en el karting y en divisiones promocionales mantienen ese sueño de estar en la Fórmula 1 algún día, son más realistas que los pibes de hace unos años: saben que sin talento y una valija llena de dinero jamás llegarán. Por eso no se embarcar en ninguna “patriada” y proyectan su futuro como profesionales en alguna categoría argentina.

Aquella competencia de F.1 disputada en el autódromo porteño el 23 de enero de 1972 fue el inicio de una época de grandes alegrías para los argentinos. Al séptimo puesto conseguido por el Lole en esa prueba que ganó Jackie Stewart, le siguieron otros grandes resultados en un período de once años. Reutemann corrió 145 GP’s, ganó 12 y en 45 oportunidades subió al podio. Además, logró seis pole positions (la primera, justamente en su debut) y otros tantos récords de vuelta. Dejó su sello, aunque algunos pocos no le perdonan el título que perdió en 1981...

Cuarenta años después de aquel hito, los argentinos vivimos de los recuerdos que nos dejó la Fórmula 1. Qué triste, ¿no?

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